Revista Semana / 5 de Febrero de 2017
Casi nadie habla mal de la democracia. Los realistas, como Winston Churchill, manisfestaron que es el “menos malo de los sistemas” para hacer visibles sus imperfecciones. Sus opositores pusieron en marcha sistemas autoritarios que incluían el vocablo –democracias populares, o la “democracia sin partidos” del general Augusto Pinochet en Chile–, pero el discurso político universal valora sus virtudes y casi nadie se le opone en forma abierta.
¿Está cambiando esta realidad? Aunque puede ser prematuro llegar a esa conclusión, la victoria de Donald Trump en Estados Unidos ha sido interpretada como el surgimiento de un populismo antiliberal y antidemocrático. En las elecciones más recientes se ha expresado rabia contra la política.
¿Ocurrirá lo mismo en Colombia? La última década y media ha sido escenario de cambios fundamentales en el sistema político en tres aspectos: 1. Dos presidentes ganaron su reelección; 2. Se consolidó el multipartidismo y quedó atrás el bipartidismo liberal-conservador que había regido durante más de 150 años; 3. Se dividió el establecimiento político tradicional, encabezado por Álvaro Uribe y Juan Manuel Santos, y el primero hizo una fuerte oposición a los gobiernos del segundo.
¿Cómo han afectado estos fenómenos las percepciones de los ciudadanos sobre la democracia? ¿Se ha modificado –en favor o en contra- la credibilidad en la política? Las respuestas a estas preguntas son preocupantes: en los últimos años se ha debilitado la favorabilidad de los colombianos por la democracia, y han caído el apoyo al sistema político y el respeto a las instituciones.
Tales son las conclusiones de un estudio que acaba de terminar el Observatorio de la Democracia de la Universidad de los Andes, que forma parte del Barómetro de las Américas, una investigación que sigue estos mismos fenómenos en todo el continente. El trabajo incluye encuestas de opinión anuales y cuenta con el apoyo de Usaid. La última fue hecha con la firma Ipsos, bajo la dirección de la universidad, con una muestra de 1.563 encuestados en 47 municipios y un margen de error de 2,5 por ciento. El observatorio, dirigido por el politólogo Miguel García, compartió con SEMANA algunas de las partes más relevantes.
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